El eclipse lunar y las luces del alba – Fin de gira. Madrid. 2017

Crónica del último concierto de la Gira Nocturnal . 28/10/17


Crónica e imagen: @LauA87

Hay que ver cómo un par de minutos lo pueden cambiar todo, cómo un impulso de una noche de verano puede llegar a materializarse en un plan que sale a la perfección. En la mitad del concierto que daba el grupo en la bilbaína Aste Nagusia, el 20 de agosto de 2017, decidimos que había que estar en Madrid, desde la incertidumbre de ver cómo podríamos cuadrar el viaje en la agenda. Al cabo de unos días, un par de clicks nos proporcionarían el pasaporte para el fin de gira con la esperanza de que no se nos torcieran los planes. Y el día 28 de octubre a las 8 de la mañana nos subíamos a un autobús rumbo a Madrid.

Es difícil escribir sobre un concierto tan singular como éste, hay sensaciones que no se pueden poner sobre papel. Lo pone más complicado todavía el haber acudido a otros tres conciertos de la misma gira (dos veces en Bilbao y una en Vitoria), porque te vas quedando sin la posibilidad de contar cosas y no parecer redundante. Y el monte Everest llega cuando sabes que vas a hablar sobre una era que ya ha terminado y que ha puesto en claro de una vez por todas que ese grupo que empezó hace dos décadas a hacer música ya es historia de la música en español, por méritos propios. Un grupo tan único en su forma de ver y hacer música que no tiene comparativa posible con nadie que se dedique al oficio en el país.

La velada se presentía especial y eso se constató nada más poner un pie en el Wizink Center, a eso de las 9 de la noche. La agitación se palpaba en el recinto, estalló en cuanto sonó 'All Tomorrow's Parties' y se mantuvo muy alta durante casi todo el concierto. El sonido era espectacular, el nivel técnico perfecto y la energía que desprendía Eva, estratosférica. Estuvo soberbia durante toda la noche, una vez más. Se notaban la ilusión y las ganas en toda la banda y cumplieron con creces. Disfrutar de su sonido es un gustazo. ¿Qué decir de la escenografía? Cuidada, versátil y elegante, impactante pero sin quitarle protagonismo a lo que verdaderamente importa, la música.

Escuchar los clásicos en un ambiente como este pone los pelos de punta. Ver a 15.000 personas que no se conocen de nada emocionándose al escuchar la misma canción, las mismas palabras, es algo alucinante. Creo que una de las cosas más bonitas de este mundo es ver a la gente unida gracias a la magia de la música. Me parece algo tan excepcional y necesario que me conmueve hasta las lágrimas. Lágrimas que logré contener pensando que aquello era una fiesta y que lo de llorar, para otro día.

¡Madre mía, qué locura de público! No podía olvidarme de mencionarlo. Entregadísimo durante todo el concierto, haciendo que lo que sucedía sobre el escenario fuera todavía más alucinante y creando hacia el final un momento mágico e irrepetible gracias a palos de luz y linternas de móviles. Un saludo y un abrazo tanto a las cabezas pensantes y organizadoras detrás de la sorpresa como a todos los cómplices que participaron. Fue precioso.

Se acabó, porque en algún momento tenía que terminar. Pero de otra manera a la gira le podría quedar cuerda para rato. Ha sido un lujo y quizás haya sido la gira que más he disfrutado porque, por carambolas del destino, ha sido la gira a la que más veces he podido acudir, incluyendo un acústico que jamás pensé que fuera a tener la suerte de presenciar. Y para mí, siendo 'Nocturnal' uno de los tres discos de la banda que considero indispensables, ha sido todo un privilegio. O mejor, un sueño. Quizá más adelante aparezca la nostalgia porque ha llegado el final de una época espectacular en lo musical, aunque no soy muy dada a mirar al pasado, pero hoy sólo siento alegría de haber estado presente en el emocionante fin de gira, una alegría que coexiste con la expectación y la ilusión de descubrir lo que vendrá después.

Por noches como ésta no pesan los kilómetros ni los madrugones. Una noche absolutamente inolvidable, por todo. Por las canciones, por supuesto, pero también por lo que las rodeaba. Verdaderamente ha sido un homenaje mutuo entre grupo y audiencia, lleno de cariño. Había un ambiente inmejorable que casi te hacía flotar. Repetiría la experiencia una y mil veces. Saber que ha quedado grabado para la posteridad es un aliciente de primera.

Esta es la parte de la crónica de la fan fatal que se iría hasta la Antártida a verles. La crónica de la melómana pura y dura que sigue es ligeramente diferente.

Y es que hay que decir que la primera mitad del concierto fue brillante, potente, eléctrica y fluida. Una brutalidad, una apisonadora a la que no se le puede poner ni una sola pega porque no tiene réplica posible. Sin embargo, la segunda mitad estuvo descompensada y fue un tanto inconsistente, lastrada por el acústico y la presencia de algún tema más que cuestionable. En el balance final queda un concierto muy sólido salpicado por un par de patinazos que le hicieron perder comba e interés momentáneamente.

De la primera mitad, por no repertirme ni extenderme demasiado porque habría que destacarlo todo, sólo diré que sin ninguna duda el tramo que comprende '500 vidas', 'Estrella de mar' y 'Noche de cuchillos' se ha coronado una vez más como lo mejor del concierto. Vivirlo en directo es entrar en otra dimensión. Unos momentos musicales de altura vertiginosa entre muchos gigantes. Tambien hay que subrayar 'El universo sobre mí', que con el paso de los años ha ido ganando un poso muy importante en directo. Nunca me dijo mucho, pero la energía que ha mostrado durante esta gira me ha hecho replantearme su valía. He notado tensión y fuerza, y eso me gusta. Reconciliación, no sé si parcial o total, en toda regla. Y la versión de 2017 ha beneficiado a 'La niebla' una barbaridad, muy lograda. He hablado en otras ocasiones de todos los temas largo y tendido, así que por concretar y resumir, voy a obviarlos esta vez.

A la pócima de la segunda mitad le faltó, o le sobró, algún ingrediente para llegar a cautivar como lo hizo la primera, aunque no por ello estuviera exenta de grandes momentos. Eva y Juan se quedan solos en el escenario. Se intuye tramo acústico, y este grupo deslumbra en ese formato. Pero lo estrictamente acústico es para lugares más recogidos, en un recinto de grandes dimensiones tiene papeletas para quedar desangelado. La gran sorpresa de la noche, por lo menos para mí, fue precisamente la primera canción en acústico, 'Un día más', una de mis favoritas desde hace tres lustros y el que me parece que es el mayor acierto de su primer álbum. Escucharla en directo siempre me alegra y la verdad es que les quedó una interpretación rotunda y contundente. Antes de tocarla, recuerdan sus inicios en las salas de conciertos de Madrid. La segunda fue 'Salta', con dedicatoria para los niños que se encontraran entre el público, que no guarda más trascendencia que escuchar la impecable voz de Eva retumbar por todos los rincones del Wizink Center. Probablemente no me haya acercado a esta canción en una década y la conclusión a la que llegué fue que puedo pasar otra década sin acordarme de ella.

El paréntesis acústico enfría al público y a pesar de la inmediata aparición de 'Moriría por vos' y 'Cómo hablar', dos grandes temas que además son infalibles para recuperar la atención del espectador más transversal, se tarda otro par de temas más en volver a cogerle totalmente el pulso a un concierto que hasta entonces iba sobre ruedas. 'La ciudad maldita' y 'Hoy es el principio del final' son dos monumentos a la música que suenan mientras parece que la cosa se va calentando de nuevo definitivamente.

La siguiente en la lista es la tristemente inevitable 'Marta, Sebas, Guille y los demás' en la que lo único destacable es lo que siempre ha destacado: esa armónica que suena como un trueno. Lo curioso es que son tan grandes que hasta su peor tema sobrevive al paso del tiempo manteniendo una débil compostura en directo, pero compostura al fin y al cabo. No aporta nada, pero por lo menos no suena a debacle. Y la gente lo disfruta. El pabellón entra en una suerte de locura colectiva y orgía de coros mientras nosotras nos tomamos un merecido descanso para nuestras cuerdas vocales y comentamos alguna jugada. Yo jamás le he visto atractivo alguno a la canción y no entiendo la euforia que provoca, quienes me acompañaban esa noche tampoco, pero ahí queda eso.

Con el concierto ya plenamente encarrilado de nuevo aparece un desatino, 'Chatarra'. Matizo, es un desatino en la nueva versión que sonó. La original es formidable y funciona como un reloj. Puede que el cambio fuera totalmente innecesario, pero la idea en sí no era descabellada, por letra y ritmo el tema se puede prestar a una lectura más discotequera. El problema es que nunca llega a despegar del todo y que se echan de menos muchos matices, que pierde intensidad y significado. En concierto queda resultona, pero nada más. Si la vives en directo se llega a disfrutar, por supuesto, pero en cualquier otro contexto tiene todas las de perder, con lo cual no le veo mucha razón de ser a la 'Chatarra 2.0'.

La enorme 'Hacia lo salvaje' amanece certera, potente y recia para despedir el cuerpo principal del concierto como se merece, con un tema memorable en una versión extendida y explosiva. Sólo quedan los bises, que son maravilla tras maravilla, pero ya prácticamente sin el componente extático que nos ha acompañado durante casi todo el concierto, decantándose la balanza por una sinuosa, intensa, elegante y muy acertada sobriedad que llega de la mano de 'En el tiempo equivocado', 'Llévame muy lejos', 'Sin ti no soy nada' y 'Nadie nos recordará'. Especialmente emotivo fue ver a un montón de personas alumbrando la espléndida interpretación de 'En el tiempo equivocado' con las linternas de sus móviles y demás utensilios tecnológicos, convirtiendo el Wizink Center en un mar de luciérnagas. Una imagen que quedará grabada en mis retinas para siempre.

Antes del tema final, Eva lee los nombres de la gente que está entre bambalinas trabajando para que todo salga perfecto y reconociendo su necesaria labor. Estos detalles les hacen aún más grandes de lo que ya son. Y entonces sí, es la última. La cada vez más redonda 'Nadie nos recordará' despide el concierto y una gira para recordar. Un último gesto lleno de mimo para decir adiós es la guinda del pastel: suena 'El final' por los altavoces y una lágrima quiere asomarse de nuevo. No la dejo. "…llega la despedida, pero sigue la vida…" Y así debe ser. ¡Nos vemos en la próxima gira!

Setlist:
1. Obertura / Unas veces se gana y otras se pierde
2. Revolución
3. Kamikaze
4. Salir corriendo
5. No sé qué hacer con mi vida
6. Nocturnal
7. Lo que nos mantiene unidos
8. Cuando suba la marea
9. Días de verano
10. El universo sobre mi
11. 500 vidas
12. Estrella de mar
13. Noche de cuchillos
14. La niebla
15. Un día más (acústico)
16. Salta (acústico)
17. Moriría por vos
18. Cómo hablar
19. La ciudad maldita
20. Hoy es el principio del final
21. Marta, Sebas, Guille y los demás
22. Chatarra
23. Hacia lo salvaje
Bis:
24. En el tiempo equivocado
25. Llévame muy lejos
26. Sin tí no soy nada
Bis II:
27. Nadie nos recordará

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