Un perfecto descontrol – Crónica del fin de gira en Vitoria (29/10/2016)

El concierto

Varios años después del primero de los muchos viajes que he realizado a Vitoria – Gasteiz, regresé una vez más a la ciudad vecina para presenciar el primer concierto de fin de gira de Amaral al que he podido acudir, porque todos los anteriores me han resultado o demasiado lejanos o caían en mala fecha para viajar. De esta manera, también me quito la espinita de haber tenido que descartar la idea de ir al concierto que dieron en Santander en julio, porque tras el concierto de Bilbao me quedé con ganas de más. Un fin de gira que sucedió, además, un día antes de que el disco que la motivó cumpliera una año de vida

La vez anterior lo presencié todo desde la grada. Tenía una vista panorámica inmejorable, perfecta para fijarse en los detalles escénicos. En esta ocasión, he decidido vivir el concierto desde una perspectiva diferente y bajar a la pista. En la pista todo se vive con más entusiasmo, en la grada el ambiente siempre resulta un tanto encorsetado, aunque también sea más cómodo. Esta vez ni me he molestado en tratar de captar imagen alguna. Siempre pienso en intentarlo, pero la mayoría de las veces se queda en eso, en un pensamiento. Me olvido de todo cuando estoy en un concierto.

Suena, como ya es tradición, 'All Tomorrow's Parties' y acto seguido comienzan las notas de la 'Obertura' mientras la emoción se desborda desembocando en palmas generalizadas incluso antes de 'Unas veces se gana y otras se pierde', la cual crea el ambiente idóneo para que nos vayamos introduciendo en el concierto, con una interpretación soberbia que encandila desde el principio. Vuelvo a constatar que la mejor parte del tema sigue siendo la 'Obertura', un interludio instrumental evocador perfecto para crear anticipación. Una fiera 'Revolución' causa euforia y el pabellón ruge, se desgañita, coreando los versos del que es ya un tema mítico y necesario. 'Kamikaze', única representante del quinto (y doble) álbum en la lista de elegidas, se beneficia de las buenas vibraciones que flotan en el aire y levanta el vuelo sin mayores problemas. Recuperar 'Salir corriendo' ha sido un gran acierto. Es una de las composiciones más sobresalientes de su tercer álbum y en esta versión más corta, concisa y enérgica reluce como nunca. ¿Y el trabajo vocal? Pelos de punta.

En el saludo al público, Eva comenta que se van a tocar a Chile y México y que este es el último concierto en España, al menos por el momento, aunque les daba mucha pena. Y entonces escuché un "Pues tira pa' Donosti" que no sé si llegó al escenario pero que a todos los que lo escuchamos nos hizo sonreír. Y si deciden "tirar pa' Donosti" no os quepa duda de que yo voy detrás. Tras este inciso, viajamos hasta la única parada que realizarán en su primer álbum con 'No sé que hacer con mi vida', y resulta una parada bienvenida y estimulante. Se puede decir que han terminado de redondear un tema que en eléctrico siempre da lo mejor de sí, con nuevo verso incluido. Y es que si algo me quedó claro en el anterior concierto de la gira al que acudí, aparte de que el repertorio se mueve entre la catarsis colectiva y la sobriedad intimisma, es que esta ha sido la gira de las nuevas versiones. Muchas superan a sus grabaciones.

No hay discusión, los seis temas que siguen son el corazón del concierto. O de la la gira, si me apuráis. Todo comienza con la muy "made in Amaral" 'Nocturnal'. Una melodía perfectamente construida con detalles increíbles en los que pararse una y otra vez, una letra que habla bellamente de lo mundano extendiendo la mano hacia lo intangible y lo cósmico y una voz enorme que lo envuelve todo. Sello reconocible de la casa, since 1998. Un enorme momento en el directo, difícil de olvidar. Nos sacudimos el dramatismo de encima con el ritmo endiablado de la rotunda y filosófica 'Lo que nos mantiene unidos', que crea una atmósfera muy particular, para regresar a un clásico entre los clásicos: la palpitante 'El universo sobre mí'. De repente, un ambiente mágico nos envuelve y cientos de coristas tratamos de hacerlo lo mejor posible acompañando a Eva. Y esto viene de alguien que jamás ha sido partidaria de la canción. Llega el momento de '500 vidas', que en mi particular medallero lleva el bronce de "Nocturnal". Una maravilla de canción revisada para el directo cuyo comienzo de tensa contención va estallando poco a poco hasta convertirse en una larga coda psicodélica que es un locurón absoluto y yo creo que en el público estábamos medio anonadados, medio viviéndolo a tope. Pulsaría replay hasta quedar sin fuerzas. 'Estrella de mar' ocupa hoy en el setlist un hueco por derecho propio. Nos transporta a un ambiente denso que nos hace flotar y bailar, mucho más tras esos gritos de guerra que soltó una Eva desatada. Finaliza este inigualable tramo del concierto con la fantásticamente reconvertida 'Noche de cuchillos', cuya intensidad te atrapa a las primeras de cambio.

Y entonces sonó 'Ratonera', que si no me equivoco no había sonado en toda la gira y desde luego no podrían haber elegido mejor día para recuperarla. Y sonó en su mejor versión: la acústica, precedida por la, digamos, versión silbada. No es que se solucionen todos los problemas que tiene, comenzando por la letra, pero a voz y guitarra toma un delicioso cariz melancólico y emotivo, algo de lo que la grabación eléctrica carece por completo, convirtiendo la interpretación en un momento disfrutable, aunque me dio la sensación de que el público la recibió con cierta frialdad, pero tal vez fuera por el cambio de tercio tan brusco que provoca el pasar de un bloque como el anterior a un acústico. A continuación llegaron la lograda 'Moriría por vos', que incluyeron como agradecimiento a unos músicos que la eligieron para tocar en el metro, y la siempre celebrada 'Como hablar'. Ambas nos pusieron las cuerdas vocales a trabajar a base de nostalgia y el coro colectivo funcionó por pura inercia. 100% de efectividad.

Recogió el testigo luminoso ese subidón brutalísimo que es 'Hoy es el principio del final', mientras que la monumental 'La ciudad maldita', medalla de oro de "Nocturnal", nos transportó a la oscuridad y la reflexión para irnos llevando de nuevo hacia la luz. A renglón seguido, la redonda 'Cuando suba la marea' nos devuelve a la melancolía no sin antes pasar por una especie de "intro" o "mini – versión" de 'Marta, Sebas, Guille y los demás', con Virgós al piano y Eva a la voz, que al contrario que 'Ratonera' sí se notó que fue recibida con calidez, y ante la que siempre guardaré en mi repertorio de muecas una cara de perplejidad perpetua ante uno de los peores temas que grabarán jamás. Tal vez si en su día la hubieran presentado con esta melodía dramática y minimalista, más ajustada a la letra, en vez de aquel "pachangueo", que siempre me ha resultado insoportable, hoy le tendría otra clase de aprecio. Pero no le tengo ninguno. Es lo que hay. Eso sí, una vez más se comprueba que la voz de Eva es oro molido. Hace que quieras escuchar hasta lo que te parece insustancial.
 
'Chatarra' es un punto clave del concierto. La canción ha sido como una epifanía. Ya era estupenda en el álbum, pero en su versión de directo es la reina del universo, pura tensión con parón en el medio incluido, y logra hacerle sombra a la mismísima 'Días de verano', que, como todo buen clásico, consigue lo que se propone, es decir, miles de voces cantando y emocionándose al unísono, aunque me parece que no estaría de más dejarla una temporadita en barbecho. En la segunda vez que la ví en directo, 'Cazador' me sorprendió para bien. Prometía mucho en el álbum, y ha pasado de ser un momento un tanto insípido al principio de gira, perfecto para bailotear, a finalizarla llena de fuerza y con unos cuantos matices añadidos que la hacen brillar.

La épica 'Hacia lo salvaje' puso el punto final al cuerpo principal del concierto y el público enloqueció desde la intro a guitarra y armónica. Es ya un clásico del repertorio y como tal fue recibido. En constante construcción desde 2011, es un tema vibrante que ha ido ganando poso y proporciona momentos espectaculares. Aquí presentaron su versión más larga, más bailonga, más potente y más "salvaje", valga la redundancia. Su coda extensa y guitarrera es una gozada.

Pensé que me quedaría ya sin esucharla en directo, pero en el primer bis sonó en acústico la gigantesca 'En el tiempo equivocado', tan solo Juan y Eva en el escenario. De ella cuelga la medalla de plata de "Nocturnal" y me supo a gloria. Perfección absoluta. Tras la calma, llegó la tormenta con la también formidable 'Llévame muy lejos' que calienta el pabellón sin ningún esfuerzo, y para rematar la jugada apareció 'Sin ti no soy nada', revisada de manera interesantísima, con menos alarde y más melodramática que nunca, consigue un punto de sobriedad y oscuridad que convierte a la canción en lo que en su raíz siempre fue: un lamento desgarrador para un sentimiento confuso y negativo. La mejor versión que he escuchado de este tema. Arrebatadora.

El final fue tremendo, apoteósico, con un 'Nadie nos recordará' extra-largo y vestido de gala. Una sentida y emocionante interpretación por parte de la banda que nadie quería que acabara y que ha terminado de reconciliarme por completo con la canción. También es el momento elegido por parte del grupo para agradecerle su trabajo a toda la gente que hay detrás del escenario, una lista de nombres que Eva leyó uno por uno, sin dejarse a nadie, y a los que acto seguido hicieron subir al escenario. Una foto grupal para el recuerdo y llega el adiós definitivo. Y así, con las piernas hechas trizas, la garganta perjudicada y 'Moon River' de fondo salí del recinto convencida de haber visto un gran espectáculo que ha crecido desde la primera vez que lo viví en mayo, y por entonces ya estaba muy por encima de la media. Antes de este último tema, Eva nos dijo que siempre recordarían esta noche. Nosotros también.

La conclusión final

Finalizo con las sensaciones que me ha dejado la gira. En numerosas ocasiones durante este 2016 he leído que el grupo está en su mejor momento. No es que estén en su mejor momento, es que siguen en él. Llevan anclados en su mejor momento desde 2011. Y eso que el concierto al que acudí en el 2008 ya prometía días muy felices para los que les llevábamos siguiendo años. Es verdad que esta gira difiere de las otras que han hecho: han puesto más el acento en lo teatral, en crear un ambiente muy determinado en conjunción con el disco más reciente. Se ha hablado mucho de la escenografía, es verdad, yo misma lo he hecho. Es de sobresaliente: sutil, versátil, elegante, evocadora, envolvente. Un lujo, de lo mejor que yo he visto en conciertos.

Pero la magia sigue estando en el propio grupo, en la fuerza catalizadora de una Eva que parece medir 10 metros de alto sobre las tablas y que lleva sobre sus hombros todo el peso escénico, en el tremendo trabajo de Juan a la guitarra, en la fantástica banda que les acompaña y, por supuesto, en sus canciones, que siguen siendo el centro gravitatorio y eso es lo importante, porque las escenografías no hacen conciertos. Y es que, inclusiones cuestionables de algún que otro tema al margen, no se le puede poner ninguna pega. Ni en la parte técnica ni en la parte más subjetiva, que es lo que se transmite desde el escenario: pasión, entrega, talento.

Los temas de "Nocturnal" han probado ser pilares de titanio capaces de sostener por sí solos los directos y cimentar el repertorio. Muchos de ellos han dado los mejores momentos del concierto: las emocionantes 'Nocturnal', 'Noche de cuchillos' y 'La ciudad maldita', las arrolladoras '500 vidas', 'Lo que nos mantiene unidos' y 'Llévame muy lejos', la intensa 'Nadie nos recordará' o las sorprendentes 'Chatarra' y 'En el tiempo equivocado' han dejado recuerdos imborrables. Como inolvidables son algunos temas con años de recorrido que han llegado a su cénit, a esa cumbre que ya parece imposible sobrepasar. No se puede dejar de destacar la reconversión de 'Sin ti no soy nada' y las revisiones de 'Hacia lo salvaje', 'Salir corriendo' y 'No sé que hacer con mi vida', así como la cada vez más eléctrica 'Estrella de mar'. También son muy reseñables 'Revolución', 'Cuando suba la marea', 'El universo sobre mi' y 'Hoy es el principio del final'.

Como sombras, me parece una lástima que la prometedora 'Laberintos' no haya podido tener su hueco en el repertorio, porque después de escucharla en acústico en la sala "RockStar" me quedé con ganas de la versión eléctrica, asi como que haya dejado de sonar una canción tan enorme como 'Siento que te extraño'. También es una pena que, aunque el setlist funcione como un reloj, se incida en algunos temas ya "quemados" teniendo repertorio de sobra como para dejarlos descansar. Particularmente, en los casos de 'Como hablar' y 'Días de verano' he notado que suenan más pequeñas que otras veces. Pero la balanza sigue quedando del lado positivo con mucha diferencia y la gira merece ser plasmada en un DVD.

El setlist

1. Obertura / Unas veces se gana y otras se pierde
2. Revolución
3. Kamikaze
4. Salir corriendo
5. No sé que hacer con mi vida
6. Nocturnal
7. Lo que nos mantiene unidos
8. El universo sobre mi
9. 500 vidas
10. Estrella de mar
11. Noche de cuchillos
12. Ratonera (acústico)
13. Moriría por vos
14. Como hablar
15. Hoy es el principio del final
16. La ciudad maldita
17. Marta, Sebas, Guille y los demás (extracto)
18. Cuando suba la marea
19. Chatarra
20. Días de verano
21. Cazador
22. Hacia lo salvaje
Encore:
23. En el tiempo equivocado (acústico)
24. Llévame muy lejos
25. Sin ti no soy nada
Encore 2:
26. Nadie nos recordará

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