Que caiga la noche - Crónica de Amaral en Bilbao

- Bilbao, 13 de mayo de 2016 -

¿Pues no resulta que participo en un concurso y va y me toca premio? Es lo nunca visto en mi historia vital. Quitando aquella cafetera que me tocó hace ya años en un sorteo que realizó un supermercado y que aún no he estrenado, jamás me toca nada. Y encima el premio era ver a Amaral en acústico de la mano de Europa FM, en la sala RockStar. ¡Como para no alegrarse!

Cuando llegué había una cola importante, serían las 20:45 y se supone que ya deberían de haber abierto puertas, pero no. Así que básicamente entramos todos a la vez. Tomé posición al lado izquierdo de la sala, mi amiga no se quería meter en la marabunta y yo no quería dejarla sola. Con unos 10 minutos de retraso sobre la hora establecida, da comienzo el show con 'Laberintos' y yo me emociono y doy palmas. Acabamos de empezar y ya ha caído una de mis favoritas. Mi amiga, a la que le gusta Amaral pero aún no ha llegado a octubre de 2015 en lo que a discos se refiere, me mira raro y me dice que esa no la conoce para al final del tema decirme que le gustaba mucho.

Continuamos con la celebradísima 'Hacia lo salvaje' y con 'Nocturnal', ambas sonaron muy potentes y 'Nocturnal' cada día me convence más. 'Noche de cuchillos', contenida y emotiva, y 'Nadie nos recordará', que provocó una gran ovación, dio paso a una fantástica versión de 'Hoy es el principio del final', muy aplaudida también. Me gustó especialmente la versión que hicieron de '500 vidas', la más larga que yo les he escuchado en acústico. En algún momento, mi amiga me dice que después de escuchar a Eva lo va a pasar muy mal al día siguiente viendo Eurovisión. Y es que ella estaba escuchando el concierto con los ojos cerrados.

También sonaron una tristemente deslucida 'En sólo un segundo', por causas ajenas al grupo y una versión de 'Revolución' que nunca les había escuchado, a la que añadieron unos versos que me suena haberlos oído antes pero que no logro ubicar. Acabaron el primer tramo con la siempre fantástica 'Llévame muy lejos' y con una maravillosa 'Esta madrugada'. Para los bises eligieron la redonda 'Cuando suba la marea' y 'Lo que nos mantiene unidos', que yo ya había perdido la esperanza de escuchar y que funcionó muy bien como cierre.

Eso sí que fue un show desenchufado totalmente, sin red de seguridad a la que asirse. Guitarra y voz. Y la guitarra es tremenda, pero la voz... ¡Qué voz! ¡Qué lujo escucharla en acústico! Lo llena absolutamente todo, es de otro sistema solar. Y es un lujo escuchar las canciones al desnudo y ver que no pierden “punch”, que emocionan aún más si cabe, que su composición es tan buena que aguantan perfectamente sin aditivos. Quitando algún pequeño fallo de sonido sin importancia, fue un concierto sobresaliente por parte del grupo, que yo disfruté mucho pero que creo que podría(mos) haber disfrutado mucho más.

Y es que mientras se daba un maravilloso espectáculo sobre el escenario, un show paralelo, inoportuno y molesto sucedía en el lado derecho, al fondo de la sala. Un grupo de gente, que se ve que no sabía a lo que había ido, estaba hablando como si estuvieran viendo un partido de fútbol cualquiera en un bar cualquiera un día cualquiera. Desde el principio hasta el final. Hasta Eva tuvo que llamar la atención y pedir de rodillas “compasión”. Pero ni aún así. Y yo pensé en ese momento que los que se tenían que poner de rodillas eran otros. Después bromeó, qué vas a hacer sino, con que la culpa la tenía el pedal de Juan, que en cuanto lo pisaba se ponían a hablar. No creo que nadie hiciera voto de silencio antes de entrar, todo el mundo comenta algo de vez en cuando en los conciertos, pero no hasta el punto en el que la conversación se convierte en algo incómodo para el resto de la gente. Hubo momentos en los que todos los que estábamos en mi zona nos quedábamos mirando hacia el referido córner, pero las miradas asesinas no les causaban el menor reparo. No dábamos crédito. Es tristísimo que Eva tuviera que parar de cantar a mitad de 'En sólo un segundo' para pedir algo de silencio. Así que hay que estarles doblemente agradecidos a Juan y Eva, por su profesionalidad y por su buen humor. Desde luego, yo pasé vergüenza ajena en algunos momentos y salí cabreada a causa de ese grupo de gente, porque su comportamiento fue una absoluta falta de respeto hacia todo el mundo, pero en especial hacia las dos personas que estaban en el escenario y a todos los que trabajaron para que el concierto saliera bien. Después se me fue pasando y me quedé pensando en el monumental directo que acababa de ver, porque al final eso es lo que voy a recordar.

Setlist RockStar Bilbao*

1. Laberintos
2. Hacia lo salvaje
3. Nocturnal
4. Noche de cuchillos
5. Nadie nos recordará
6. Hoy es el principio del final
7. 500 vidas
8. En sólo un segundo
9. Llévame muy lejos
10. Revolución
11. Esta madrugada
12. Cuando suba la marea
13. Lo que nos mantiene unidos

* Es posible que algún tema se tocara en otro orden. Creo que no me olvido de ninguno.

- Bilbao, 14 de mayo de 2016. -

He visto conciertos donde el artista está tan estupendamente sobreactuado que te agota por aburrimiento. Algunos donde el escenario está más desnudo que la Maja de Goya y lo visten las canciones. También grandes producciones que se comen al artista y las canciones. Otros con sonido deficiente salvados por el empeño y la entrega de los músicos. Varios con sonido cristalino pero sin mucho motivo que ayude a quedarse a escucharlos. Unos cuantos grandes conciertos, a secas. Y luego están los conciertos perfectos. Los mágicos. Esos en los que todo encaja, cual engranaje de reloj suizo. Lo que se vivió la semana pasada en Bilbao formaría parte de esta última categoría. Fue uno de esos conciertos que casi no te puedes creer estar presenciando, uno de esos en los parece que tus propios ojos, o la pantalla del smartphone, te están engañando. Si la memoria no me falla, es el sexto concierto del grupo al que acudo y jamás han decepcionado. Y si bien siempre guardaré en un rinconcito muy especial el concierto del Euskalduna en 2012 como favorito indiscutible, hay que decir que se han superado.

El concierto, a grandes rasgos

Setlist Bilbao Arena

1. Obertura / Unas veces se gana y otras se pierde
2. Revolución
3. Kamikaze
4. Salir corriendo
5. No sé qué hacer con mi vida
6. Siento que te extraño
7. Nocturnal
8. Lo que nos mantiene unidos
9. El universo sobre mí
10. 500 vidas
11. Estrella de mar
12. Noche de cuchillos
13. Cómo hablar
14. La ciudad maldita
15. Hoy es el principio del final
16. Marta, Sebas, Guille y los demás (extracto)
17. Cuando suba la marea
18. Chatarra
19. Días de verano
20. Cazador
21. Hacia lo salvaje
Encore
22. Llévame muy lejos
23. Sin ti no soy nada
Encore II
24. Nadie nos recordará

Principio de gira. Vale, no estrictamente. La semana anterior tocaron el Festival SOS 4.8. Yo llego a la puerta del Bilbao Arena con unos 40 minutos de antelación y sin saber nada de los pocos conciertos que dieron en Latinoamérica, tampoco de la presentación en Córdoba o del mencionado SOS 4.8. Creo sinceramente que el ir a la sorpresa hace que se disfrute el doble: hay más ganas, más expectación y más ilusión, y menos ideas preconcebidas. Con alguna que otra dificultad, tengo el superpoder de irme siempre por el lado contrario al que debería tomar, consigo encontrar la puerta que lleva hasta mi localidad. Tengo una vista privilegiada del escenario, pero conseguir alguna foto decente va a ser un reto. Un reto en el que aplicaré la ley del mínimo esfuerzo.

Cuanto más se acerca la hora, más cosquilleo en el estómago noto. Piensas que hoy puede ser una gran noche... o no serlo. Siempre esperas lo mejor, pero no descartas lo peor: sonido deficiente, vecinos de asiento indeseados o que una mala noche la tiene cualquiera. Pasadas las 21:30, aún continuaba entrando gente. El concierto empieza con 20 minutos de retraso.

Después de tan sólo tres canciones se sacan muchas conclusiones. La principal: que Eva es la mayor bestia de directo que hay en éste país. Hay muchos buenos, a unos cuantos he tenido la suerte de verlos, pero ninguno tiene ni la mitad del carisma y el saber estar que tiene Eva. Ninguno tiene esa naturalidad. Ninguno consigue esa conexión tan brutal con el público. Y ninguno es capaz de cantar como lo hace ella, y estaba espléndida de voz. Eva tiene algo, intrínseco de su ser, algo que no se puede aprender, que hace que sólo exista ella en el escenario. Lo suyo es magnetismo puro y duro.

Y después de esa oda a Eva I, la Grande, llego a la segunda conclusión: la banda está muy bien engrasada. Funciona como un reloj y suena arrolladora, impecable. Se nota complicidad y se nota que están a gusto en el escenario y con las canciones. Hay dos guitarras (en ocasiones), batería, teclados y bajo. La batería de Toni Toledo está inusualmente colocada a la izquierda de escenario, y no atrás, como es costumbre, se entiende que para no entorpecer la escenografía, al igual que el bajo de Ricardo Esteban, mientras que los teclados de Tomás Virgós acompañan a Juan en la parte derecha del escenario, dejando el centro para Eva. La tercera conclusión es que había ganas de volver a ver al grupo y se notó durante todo el concierto, aunque al principio la expectación pudo más que la emoción.

Y la cuarta y última conclusión es que han puesto sobre la mesa un setlist muy bien armado que no decae en ningún momento, que atiende a la coherencia entre los cortes elegidos, y que se mueve entre la electricidad absoluta de los temás más potentes y la delicadeza de los temas intimistas, perfectamente engarzados unos con otros. Todo dentro de un espectáculo cohesionado de manera fantástica musical y visualmente, en el que nuevo y viejo repertorio encajan a la perfección, aunque en más ocasiones de las debidas incidan en los mismos temas de siempre pudiendo escoger otros de relevancia y calidad semejantes de entre su extensa y reseñable discografía. Que se dejaran alguna canción de 'Nocturnal' en el tintero tampoco ayuda. Esos detalles hacen que se quede en un concierto de sobresaliente raspado pudiendo ser de matrícula de honor. Aún así, el concierto se disfruta al máximo y es que esa es casi la única pega que se le puede poner, porque Amaral juega en la liga de los elegidos.

La escenografía 

De la escenografía sólo puedo decir que es preciosa y efectiva, original y evocadora hasta decir basta. Una cortina de luces que hace de cielo estrellado cubre las paredes, cada canción tiene su propio visual acorde y el techo, que simula las diferentes constelaciones, es la host..., digo, una una maravilla. A pesar de todo impera la sobriedad, cosa que yo personalmente agradezco. Te deja alucinada, pero no agobia. A través de ella y los temas elegidos se va hilando una especie de guión que nos lleva de la mano hasta el final. Es un apoyo para las canciones, pero no les resta protagonismo y unifica el espectáculo. Fantástica. En la pantalla se van sucediendo diferentes imágenes para cada tema: una mano rosa para 'Salir corriendo', manifestaciones para 'Revolución', praderas verdes para 'Hacia lo salvaje', múltiples “bichos” y una pantera negra en 'Cazador', una bola de espejos en 'Lo que nos mantiene unidos'... Verlo en directo es la mejor opción porque es donde mejor se aprecian todos los detalles. Realmente han conseguido crear un micromundo en el que refugiarse, y aunque sea dentro de ésta dimensión yo me quedaría a vivir en él. Mi aplauso a los que lo han hecho posible y al grupo por su excelente gusto.

El concierto, canción a canción (o eso espero)

Mientras, como ya es tradición, el 'All Tomorrow's Parties', de la Velvet Underground, se hace responsable de la la intro de rigor, la banda al completo salta por fin al escenario. Cuando termina suenan las primeras notas del primer tema. Como no podía ser de otra manera, 'Unas veces se gana y otras se pierde' inaugura la noche. Ser el que abre la veda lo llevaba etiquetado desde su publicación en el álbum, acompañado de esa genial 'Obertura', que consigue una atmósfera alucinante, como si fuera a llegar una nave y te fuera a llevar a otro planeta. Crea un clima de anticipación brutal, es una especie de generador de atención que te sumerge de lleno en el concierto nada más empezar a sonar, mientras detrás, en la pantalla, va creciendo una luna para luego dar paso a la imagen de un faro con la luna ya llena al fondo. Siempre pensé que la 'Obertura' era la mejor parte de 'Unas veces se gana y otras se pierde' y así me lo confirma el directo. La canción en sí, aunque yo considero ambos temas como una unidad, pues majestuosa, sinuosa, encantadora. La letra, un bellezón. Y la intérprete, guitarra en mano, como si fuera la última tabla de salvación. Primer puñetazo encima de la mesa, que se pasa como un suspiro. Y acabamos de empezar. Después de ese comienzo de calma relativa, continuan sin descanso con dos bombazos como son 'Revolución' y 'Kamikaze'. Dos temas potentes, directos y conocidos por todo el mundo que acaban por conectar con el concierto a cualquier despistado. Dos temas esperados que, seguro, estaban en todas las quinielas. 'Kamikaze' sigue más o menos igual que siempre, no me pareció que hubiera cambios reseñables, y 'Revolución' regresa a su estado original, ya sin ser la versión extra larga con 'Héroes' entremetida. La capacidad de llevar un estadio muy arriba que tienen justifica la presencia de ambas. También su letra, muy necesaria. 'Revolución' es una canción insustituíble en directo, por ahora. Y, de momento, 'Kamikaze' también me sirve, a pesar de que podrían elegir otros temas del prolífico “Gato negro Dragón rojo” y darles un merecido protagonismo. Me parece muy acertado trasladar ambos temas al principio del espectáculo, 'Revolución' ha pasado demasiado tiempo como traca final, y es hora de dar paso a otros temas para marcar el fin de fiesta.

Tras 'Kamikaze' Eva saluda al público por primera vez, y agradece que estemos presentes en la puesta de largo del tour, a pesar de que había un partido interesante y yo pienso para mí “¿Había partido? Primera noticia”. Retoman el pulso del concierto con una vieja conocida y yo creo que querida por todos, 'Salir corriendo'. Es un tema que yo particularmente echaba de menos en sus directos. Interpretan una versión algo más corta que la de estudio, también mas concisa. Tiene una de las letras que más me gustan de toda su discografía, la melodía es fantástica y la interpretación vocal pone los pelos de punta. Además, viene acompañada de una escenografía bañada de rosa que deja claro el mensaje. MUY buena la nueva versión que de 'No sé qué hacer con mi vida', con un pequeño cambio en uno de los primeros versos de la canción (“mírala, sola y herida”) que me ha gustado y sorprendido. Estamos ante un tema que ha ido creciendo enteros con el paso de los años, cada vez contiene más matices, cada vez mezclan más en ella la sutileza con la potencia. Es un grupo que tiene tantos buenos temas en los que apoyarse que no tiene ningún problema en quemar tres de los más coreados en la primera media hora. Ese es el poderío al que nos enfrentamos. No hay tantos que puedan permitirse hacer lo mismo.

Y, de repente, suena 'Siento que te extraño' y yo muero de amor. Dijeron que entraría en el setlist tras un montón de años sin tocarla, pero ni me lo creí del todo ni me la esperaba tan pronto, me pilla por sorpresa y me quedo absolutamente embobada durante los siguientes minutos, que se me hacen cortísimos. Una versión mucho más rockera y menos folk, igual de melancólica pero más luminosa, que me enamora como me enamoró aquella que publicaron en el 2000. Y en ese momento yo ya soy feliz para toda la noche, hagan lo que hagan. Aquí se acaba, para mí, la primera parte del concierto. Una primera parte que ha servido para abrir boca con una de las nuevas canciones y arrollar con éxitos de sobra conocidos, además de dar protagonismo a una rareza, dando un paseo por casi toda su discografía.

Depués de cinco buenos temas para el recuerdo comienza la que me pareció la espina dorsal del espectáculo. La primera canción que nos topamos no podría ser otra que la que titula el último trabajo de estudio, 'Nocturnal', un fenomenal momento del directo, donde se aprecia lo mucho que se ha llegado a beneficiar el tema de prescindir de ese riff de guitarra machacón y añadir la sutilidad del piano en las estrofas. Si ya en grabación se notaba una diferencia abismal en el ambiente del tema con respecto a la última maqueta en directo que escuchamos, ahora en vivo y en eléctrico se aprecia verdaderamente la dimensión del cambio. Es una canción que gusta mucho, que se cantó con ganas, cuyas primera y segunda estrofas y el estribillo son para enmarcar, sobre todo por el sentimiento que consiguen trasladar. A continuación suena la enorme y coreadísima 'Lo que nos mantiene unidos', flamante nuevo (y tardío) sencillo, que convierte el pabellón en una fiesta y lo pone patas arriba, y que una Eva desatadísima interpretó con muchísima fuerza y sentimiento, lo que no hizo sino aumentar la locura entre el público. Y tras dos canciones de nueva hornada volvemos a puerto de sobra conocido,  'El universo sobre mí', con un pequeño fallo técnico a la armónica. Un buen tema que personalmente no me atrae demasiado, pero hay que ser sinceros y decir que funciona muy bien en el contexto de la temática elegida para ésta gira (realmente tenían el universo sobre ellos) y que está estratégicamente colocado como momento de calma y comunión, así que tiene un punto a su favor innegable. No encontré grandes novedades en la propuesta en directo del tema, si bien la nueva versión suena más potente musicalmente y más asentada. Y llegamos al que es sin duda el corazón del concierto, compuesto por '500 vidas', 'Estrella de mar' y 'Noche de cuchillos' un punto tan álgido que es difícil de imaginar. '500 vidas' pasa de la intensidad sosegada a la locura en tres segundos. Es una bestia de directo, que crece de manera exponencial según pasan los segundos, finalizando en una explosión de potencia desatada con final extralargo y ruidista. Y estaba claro, por mi parte, que no iban a renunciar a esos grandes momentos que proporciona 'Estrella de mar' en vivo, una canción que, además, le queda como anillo al dedo al nuevo repertorio y el “ambiente cósmico” que consigue, presentada en una versión muy similar a la de la gira anterior, aún más eléctrica si cabe. Acto seguido y sin hacer pausa alguna suena 'Noche de cuchillos', que siempre me imaginé cercana a 'Estrella de mar' en cuestión de posición en el setlist, porque casan mucho musicalmente. Me encanta el ambiente que crea y suena tremendamente bien, grande, emocionante.

Se acaban unos minutos tremendamente intensos para sumergimos en una fuerte espiral emocional con 'Como hablar' y 'La ciudad maldita'. La primera, por ser una canción clásica de su repertorio que nos lleva encandilando 16 años, que se dice pronto, aunque se atisban pocas novedades en su propuesta en directo, y la segunda por ser la más emocionante de “Nocturnal” y yo pienso que uno de sus mejores temas en general. Para mí, era un “must” escucharlo en directo y no defraudó para nada. El ambiente se volvió íntimo en el escenario, con apenas luz, para ir ganándola según avanzaba también la luminosidad en la canción. Los pelos como escarpias y uno de mis momentos favoritos de la noche. Hasta se me cayeron un par de lágrimas, y os aseguro que yo no soy de lágrima fácil. Eva hizo una pequeña presentación del tema en la que, lo digo como me acuerdo, invitaba a cerrar heridas en vez de tirar tierra encima de ellas, algo que se ganó una gran ovación. Me sorprendió, y me alegró, que se coreara tanto. Y para descargar adrenalina nos encontramos la amable sorpresa de 'Hoy es el principio del final', que Eva presentó pidiendo que no nos preocupáramos porque “hoy es el principio del principio”, un tema de subidón constante que se mantiene inamovible del directo desde 2011. Motivos que lo justifiquen hay de sobra, el más obvio es ser una de las mejores canciones de ese tremedo álbum que es “Hacia lo salvaje” y que viene como anillo al dedo después de un tema como 'La ciudad maldita'.

Tras éste subidón, un bajonazo, por lo menos para mí, que fue ni más ni menos que una mini versión con olor a incienso de la muy prescindible 'Marta, Sebas, Guille y los demás' en formato casi a capella, sólo acompañaba el órgano a la voz de Eva, que en esta versión más solemne y minimalista, sin aquella música frívola, casi me ha parecido potable viéndola convertida en una especie de intro que daba paso a la delicada y redonda 'Cuando suba la marea', que es otro de esos momentos intimistas, de intensidad emocional impagable y que hace las delicias de cualquiera que aprecie una canción bien hecha. Tras ella, 'Chatarra', con un principio mucho más vestido que en el álbum, más acorde para el directo. Era una de las que más curiosidad me despertaba escuchar en vivo y suena muy tremenda. Y ese parón... ay, el parón. Tras él llega la parte más vibrante de 'Chatarra', para acto seguido acabar en la calma total. Era sin duda la canción tapada de “Nocturnal” y ¡Vaya con la canción tapada! Imponente.

Y tras una noche de resaca llegan 'Días de verano', unos días de verano que suenan más o menos como siempre, lo cual ya es bueno, con los arreglos adecuados a los instrumentos que pueblan el escenario y menos orla, que tampoco es que le haga falta. Nos volvemos a la noche con 'Cazador' una de las canciones de contenido más ligero de “Nocturnal” que proporciona un momento idóneo de esparcimiento y baile entre la espiral emocional y dónde Eva recupera brevemente el theremin. Y nos vamos a la despedida en falso con 'Hacia lo salvaje', ya convertida en clásico. Lleva 'hit' escrito en la frente desde la primera escucha. Es una canción muy tremenda que gana con los años, que siempre ha sonado más poderosa en directo que en grabación, que se nota que tiene múltiples aristas y no pierde épica ni frescura en ninguna de ellas. Esta nueva versión es deliciosa. Siguen incluyendo esa intro añadida con armónica y guitarra, muy fronteriza y palpitante, pero han decidido alargar también su final, acelerado, potente y muy bailable. Seis minutos de puro gozo. Momentazo inolvidable.

Mientras la banda realiza su breve salida del escenario, en el pabellón nos estamos dejando las manos aplaudiendo y silbando, reclamando y animando a la banda a que salga a tocar otra más, (casi) todos sabemos que ésto no ha terminado aún. Y así es como regresamos con el primer bis reglamentario. Lo componen el tema con el que dieron a conocer el disco que ha motivado ésta gira, la fabulosa y vehemente 'Llévame muy lejos', que probablemente sea una de las canciones mejor construídas de todo “Nocturnal”, una canción que conecta muchísimo con el público, cuya coda final es especialmente emocionante y cuya intensidad en directo es algo digno de ver. Esta vez, Eva decidió que quería escupir al suelo en vez de al cielo y, qué queréis que os diga, yo la entiendo. Le siguió 'Sin ti no soy nada', en una gran versión parecida a la que hicieron la gira anterior, un tanto más desnuda, más electrónica a la vez que sosegada, aunque parezca mentira, e igual de melodramática. Eva la presentó explicando su significado: un sentimiento que no es positivo, pero que existe. Y a mi me toca las narices que a estas alturas de la película tengan que seguir justificando algo que a mi hace casi tres lustros que me parece obvio.

Y el segundo bis le corresponde a 'Nadie nos recordará', que no queda nada mal como colofón final, pues su grandiosa letra, su melodía efusiva, aunque sobada, y la interpretación vocal te dejan extasiado. Es una buena canción para decir “hasta otra”, mientras en la pantalla la luna llena va menguando, anunciando que llegamos al final. Y ahora sí, es de verdad. Ésto se acaba, la banda saluda y se retira tras regalarnos una noche de esas que realmente quedan para el recuerdo. Salgo del recinto con 'Moon River' de fondo, una sonrisa en la boca y algo de pena por que se haya terminado. Yo hubiera seguido escuchándoles hasta el amanecer. Trataré de repetir la experiencia. Gracias a Eva, Juan, Ricardo, Tomás y Toni, y a todo el equipo que hay detrás. ¡Hasta la próxima!

 La guinda

Pienso que este es un tour que debería quedar registrado de manera oficial, con su DVD y su CD. Creo que son las mejores versiones de los temas de siempre que han puesto sobre un escenario. Creo que el nuevo repertorio es tan fantástico en directo que merece darle el protagonismo que se merece. Creo que el tour representa tan bien lo que es Amaral que no se debería dejar pasar la oportunidad de grabarlo para la posteridad. Y la escenografía es espectacular. Así que... ¡D-V-D! ¡D-V-D! ¡D-V-D!

- Favoritas: El tramo que va de 'Nocturnal' a 'Noche de cuchillos' es de lo mejor que yo he visto sobre un escenario. Destacan también 'Siento que te extraño', 'Salir corriendo', 'La ciudad maldita', 'Hacia lo salvaje' y 'Llévame muy lejos'.
- La mayor revelación: 'Chatarra', sin ninguna duda. Gigantesca.
- La mayor decepción: 'Marta, Sebas, Guille y los demás'. Mira, paso. Paso total. Ni ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca voy a tragar esa canción. Que no estuvieran ni 'Laberintos' ni 'En el tiempo equivocado' me tiene llorando por las esquinas. Y dos que eché mucho en falta fueron 'Antártida' y 'En sólo un segundo'.

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